23 Y esto hago por causa
del evangelio, para hacerme copartícipe de él.
24 ¿No sabéis que los
que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el
premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.
25 Todo aquel que lucha,
de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible,
pero nosotros, una incorruptible.
26 Así que, yo de esta
manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea
el aire,
27 sino que golpeo mi
cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros,
yo mismo venga a ser eliminado.
1 Corintios 9:23-27
Los cristianos tenemos alrededor una
grande nube de testigos, que observan nuestra manera de vivir, y del testimonio
que ofertamos a la sociedad.
Hay un propósito para correr con éxito la carrera de la vida cristiana:
- Cómo estimularnos.
- Cómo permanecer.
La Biblia dice que es imposible que no
vengan aflicciones, pruebas, luchas, grandes tribulaciones. Absolutamente todos
los cristianos vamos a pasar por esto mientras llegamos a la Patria Celestial,
pero así como Dios nos advierte, Dios mismo nos dice en su Palabra cómo correr
con éxito la carrera hasta llegar a la meta final.
Ha habido sin duda alguna todo
tipo de luchas, pero gracias a Dios hasta hoy nos ha ayudado Jehová, y es en
estas pruebas y luchas donde realmente mostramos nuestra vida cristiana,
quiénes somos y cómo somos realmente.
Esta comparación que hace el autor
bíblico de nuestra carrera cristiana con los atletas del mundo, porque para
llegar a ser un atleta exitoso, habrá de cumplirse con estrictos requisitos
físicos, y grandes compromisos. Un atleta, debe despojarse de peso físico para
estar en la mejor forma y condición física si es que quiere llegar a ser un
triunfador. Esto es en el mundo secular, pero en la vida espiritual es
semejante, solo que con razones de mayor peso para llegar a la meta final que
es el cielo.
1.- Despojándonos de todo peso y de pecado que nos asedia.
En relación al Cristianismo, el peso
que agobia está referido a todas las cargas de tipo espiritual que hacen peso
en las espaldas, y por ende, ese peso será un estorbo para correr la carrera
cristiana.
¿Podemos recordar a hermanos o hermanas
que tiempo atrás practicaban una vida espiritual con mucho optimismo y llenura
del Espíritu Santo, y ahora viven la más completa derrota y hasta alejados de
Dios?
La raíz del problema es porque
empezaron a llenarse de problemas y cargas que no les correspondía llevar. Se
olvidaron del llamado de Cristo cuando dice “venid a mí todos los que estáis cansados y
cargados, y yo os hará descansar” (Mateo 11:28).
Hay miles de cosas que pueden ser un
estorbo para correr con éxito la carrera cristiana… Gálatas
5:7-8.
¿Qué es lo que estorba en tu vida para
que no corras como debes tu carrera?
Cuando pasamos por alto las
instrucciones de nuestro entrenador, corremos el riesgo de ser eliminados de la
competencia, y quedar condenados a solo vivir de los recuerdos. ¿Cuántos
cristianos hay en día que solo viven de tristes recuerdos? Quizás fueron
grandes predicadores, maestros, evangelistas, ministros fieles? Pero que Dios
los eliminó por no haberse despojado de peso y pecado en su vida cristiana,
fueron descalificados por Dios, por no considerarlos aptos y fieles para cumplir
con el ministerio que se les encargó. 1
Corintios 9:24.
No olvidemos que Dios va a recompensar
la fidelidad del cristiano, por tanto debemos llevar una vida santa, sin
complicaciones ni pecados que nos cuesten la separación de nuestro Dios.
2.- Correr la carrera con paciencia
Tenemos mucho que correr, quizás
algunos ya estamos llegando a la meta, (estamos prontos para partir con Dios),
otros, quizás van a medio camino, y otros, pueden ir empezando su recorrido,
pero la idea central, es correrla sin desmayar.
En la vida cristiana, es fundamental la
paciencia… Tomemos en cuenta esto: ¿De cuánta paciencia no echan mano nuestros
pastores para con nosotros? ¿Por qué pasa que a veces entre más predicaciones y
amonestaciones contra cosas que no convienen y que nos dañan como cristianos,
más persistimos en pecar y hacer exactamente lo contrario a lo que se nos dice?
Entre el pueblo cristiano debe existir
también la paciencia, practicarla los unos para con los otros, soportándonos en
amor dice la Escritura. Puesto que en el pueblo del Señor hay de todo tipo de
caracteres, pero es cierto que mil veces es mejor estar dentro del rebaño del
Señor que estar fuera de él. Santiago
5:8; Efesios
4:2.
Por causa de la impaciencia, muchos han
sido eliminados.
La paciencia debe tener su obra
completa, y en la carrera cristiana, es la prueba de nuestra fe.
3.- Correr la carrera puestos los ojos en Jesús
Puestos los ojos en Jesús, no en el
pastor, no en la esposa, no en los hijos, no en los demás cristianos; sino en
el autor y consumador de la fe.
Cuando quitamos la vista de Cristo,
como le pasó a Pedro, no dudemos que nos vamos a hundir en ese mar de problemas
que existen en el mundo, Y además de hundirnos, nos hacemos acreedores de
maldición de parte de Dios porque él dice que maldito el hombre que confía en
el hombre, por tanto, no solo vamos a ser desdichados, sino maldecidos.
¿Por qué no tomar solo aquellos que nos
edifica de los demás? Desechemos lo malo que nos afecta a nuestro alrededor
porque solo conseguiremos que nos sirva de estorbo o de tropiezo en la pista
hacia la meta final.
Las recompensas del Señor son hermosas
después de haber llegado a la meta, así que corramos con gozo.
Lo que podamos sufrir o padecer aquí en
la tierra, no es nada comparado con las glorias venideras de parte de Dios
nuestro Padre. Por tanto, como dice Santiago, tened por sumo gozo cuando os
halléis en diversas pruebas, porque bien vale la pena soportarlo todo si al
final tendremos grande galardón.
Dios quiere que al caminar sobre las
aguas, aprendamos a caminar sobre los problemas de la vida, pero asidos de la
mano de Cristo porque solo eso nos va a garantizar el triunfo, porque nuestra
confianza y nuestra mirada están puestas en Jesús.
Debe motivarnos el considerar todo lo
que sufrió Cristo por nosotros, para que nuestro ánimo no desmaye. Porque no
hemos sufrido nada comparado con lo que Cristo sufrió, no hemos pasado aun por
derramamiento de sangre por causa de Cristo, y si aun si esto pasare en medio
de esa prueba, nuestra fe deberá permanecer firme porque la meta es llegar a la
estatura de la plenitud de Cristo. Y ahora estamos más cerca del cielo, que
cuando creímos.
¿Por qué a Pablo no hubo poder humano
que lo detuviera? ¿Porque siempre fue como una máquina invencible que nada le
movía?
No existía cosa alguna que lograra
desanimarle ni atemorizarle, porque tenía en mente un solo propósito, una sola
meta, terminar la carrera en Cristo el Señor.
Seamos como Pablo, que podamos decir al
final de nuestro camino: “He peleado la batalla, he acabado la carrera, he
guardado la fe”.
Estimados hermanos, que esto nos
aliente y nos de fuerzas como las águilas porque esperamos en Jehová.
Dios les bendiga…