“Estas cosas os he hablado, para que no tengáis tropiezo. Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios”.
“Estas cosas os he hablado, para que no tengáis tropiezo. Os expulsarán
de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará
que rinde servicio a Dios”. -Sn. Juan 16:1,2 Es sin duda alguna que en algún momento de tu vida, Dios te hizo
el llamado a ti directamente para que fueras un mensajero de su Santo
Evangelio. No quiero que me digas que es lo
que ha pasado contigo desde ese momento hasta el día de hoy en que está leyendo
esta reflexion. De algo si estoy seguro y es de que, cuando Dios te escogió
para este ministerio de la
Predicación de su Palabra, muchos han
sido o van a recibir los ataques desde el mismísimo infierno, con tal de que tu
labor sea en vano, con tal de hacerte caer, de que desistas de este llamado y
lo que es peor, de que te apartes de Cristo. Puedo imaginarme, sintiendo y
escuchando las palabras que Jesús le daba a sus discípulos en el evangelio de
Juan. En el capítulo 15 verso 18 en adelante, Jesús no les dice a ellos,
<<miren, si ustedes me siguen, todo les va a ir bien, ustedes van a ser
famosos, todo el mundo los va a amar>>, lo que Jesús les dice a ellos a
lo mejor te va a sonar un poco extraño, pero en el transcurso de este gran y
hermoso mensaje de Jesús, el les dice a partir del versículo 16 “Si el mundo
os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros”.
Jesús sabía las dificultades que ellos habrían de enfrentar. Dios conoce lo que tu como predicador estas enfrentando.
Hoy es el día en que debes dejar atrás todos esos temores, no importando
cuantos serán los ataques del enemigo, pero debes de saber que, si te mantienes
fiel a ese llamado de predicar fielmente La Palabra de Dios, Su Espíritu te guiará
cada día. Habrán ataques del enemigo?
Si. Ved a los discípulos de Cristo, a los Apóstoles. Ellos sufrieron,
inclusive murieron por la causa de Cristo. Cuando el
desánimo venga a tu vida, lee hebreos capítulo 12 del verso 1 en adelante:
“Puesto los ojos en Jesús”, “Considerad a aquel que sufrió tal
contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse
hasta desmayar”. Sé fiel al llamado de Predicar su
Palabra, y recuerda lo que el mismo Señor te dice el día de hoy: “Estas cosas
os he hablado, para que no tengáis tropiezo”